Bautismo en el Espíritu Santo

Mateo 3:11

“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es mas poderoso que yo; él os bautizara en Espíritu Santo y fuego”

El Bautismo en el Espíritu Santo no es recibir el Espíritu Santo por primera vez, pues esto ocurre cuando aceptamos a Cristo como único y suficiente Salvador. Si no es así, ¿Quién es el que obra la regeneración o cambio, si no es el Espíritu Santo? Bien lo dijo el apóstol Pablo a los Efesios: «En el también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en el, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,…» (Efesios 1:13, vea también Romanos 8:9) De hecho, los discípulos que esperaban en el aposento alto el Bautismo en el Espíritu Santo, ya habían recibido el Espíritu Santo. (Juan 20:22) ¿Qué es entonces el Bautismo en el Espíritu Santo? El Bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia distinta y adicional a la Salvación, es una manifestación especial del Espíritu Santo, la cual que nos capacita para servir más eficientemente a nuestro Señor y Salvador. Esto quiere decir, que aunque el Bautismo en el Espíritu Santo no es absolutamente necesario para Salvación (en el sentido de que no podemos decir que una persona que no lo tenga no es salva) pero si es absolutamente necesario para un servicio efectivo. Noten ustedes que hasta para servir a las mesas se requería el bautismo en el Espíritu Santo, ahora bien, si para servir a las mesas se requería el bautismo en el Espíritu Santo, cuanto mas para predicar, presidir un grupo, o realizar cualquier otra función ministerial. (Hechos 6: 1-7, vea también; Hechos. 1:4 – 8 )